Estas enigmáticas cuevas, con siniestro pasado y cuya luz y transparencia los convirtieron hace ya milenios en enclaves sagrados, son de ese tipo de destinos que merece la pena ver por lo menos una vez en la vida.
Los cenotes son puntos magníficos para bucear, pero también para visitar o simplemente para bañarse. En este caso vamos a “viajar” al Cenote Dos Ojos, uno de los más famosos por sus dimensiones e increíble belleza.
61 kilómetros…Y todavía, por explorar
Dos Ojos se encuentra en Playa del Carmen, al norte de Tulum. Esta región forma parte de la península mexicana de Yucatán, junto al mar Caribe y dentro del territorio del estado de Quintana Roo. El Cenote Dos Ojos comenzó a explorarse en el año 1986, y la investigación aún sigue: hasta ahora, la zona subacuática explorada forma parte de un sistema de cuevas que ronda los 61 kilómetros de longitud. De hecho, Dos Ojos se encuentra entre los diez sistemas de cuevas subacuáticos más largos del mundo. La máxima profundidad que alcanza el cenote está en la zona de Quintana Roo: nada menos que 118 metros de profundidad, en una sima que se llama El Pozo del Cenote.
Aguas cálidas y transparentes
El curioso nombre de este lugar se debe a que el sistema está formado por dos cenotes, que se conectan en una enorme caverna. Vistos desde las profundidades, ambos pozos semejan dos ojos: de ahí el toponímico. Bucear en el cenote es agradable, ya que la temperatura del agua ronda los 24 grados y la profundidad máxima es de 10 metros. Y como podéis ver en las fotos, el agua es transparente como el cristal. En las inmersiones, se puede llegar hasta una cueva donde emerger a la superficie para contemplar los murciélagos del techo.